Una nueva técnica supondrá la solución a muchos de los problemas que tienen las personas con trastornos mentales. Es algo inaudito, importantísimo para la ciencia modera. ¿Un riesgo, una locura, algo demasiado irreal? Bueno, el futuro está aquí.
Ya se puede recibir un nuevo encéfalo, sano y, esperemos que en poco tiempo, con la posibilidad de elección del coeficiente intelectual (esta opción está aún en pruebas)  gracias a los trasplantes de cerebro.
Por un módico precio, te puedes someter a una operación que te permitirá cambiar completamente la manera de ver el mundo y de verte a ti mismo.
La lista de espera es larga: hay muchas personas que desean dejar de pensar cómo piensan y necesitan sentir de forma distinta. Aún así, y aunque el riesgo en la cirugía es elevado, no son pocos los que ya están ahorrando para someterse a este milagro científico.
Imagina que puedes acostarte en una camilla, y en unas horas, despertar siendo otra persona: ya no sentirás angustia, ya no tendrás distorsiones cognitivas ni escucharás esas voces que te atormentan. Quizás lo que necesitas es empezar a ser más feliz y olvidar esa melancolía y pesadumbre que hace meses que te acompañan… Ahora es posible.
No hay contraindicaciones para someterse a la operación: cualquiera que desee ser distinto a cómo es, puede trasplantarse el cerebro.
¿Efectos secundarios? Bueno, los más frecuentes son desestabilidad emocional, despersonalización (claro, uno se levanta con otra personalidad y totalmente desorientado), pérdida severa de memoria (los recuerdos propios han dejado de existir) y otras minucias que se compensan plenamente al sentirse mejor.
Quizás el periodo de adaptación a tu nueva mente te lleve algún tiempo, piensa que todas las conexiones nerviosas se tienen que ir asentando, pero todo es tener paciencia…
Por cierto, antes de la operación deberás firmar un documento en el que eximes de total responsabilidad a los médicos y cirujanos si sufres un nuevo problema mental: aunque todos los cerebros que se trasplantan se estudian minuciosamente para comprobar que están sanos, una vez introducidos en un nuevo cuerpo (y exponerlos a una nueva vida) puede haber fallos. Para resolver este problema, se está investigando ya con nuevos tejidos que permitirían la creación de nuevos encéfalos desde cero: su cerebro a la carta.
Así que no lo pienses más: ¡trasplántate el cerebro y empieza a vivir la vida que siempre has querido vivir!
¿Imagináis un mundo en el que, para mejorar, tuviéramos que hacer algo tan drástico como olvidar quiénes somos, a quiénes queremos o cosas como lo que nos hace reír o llorar? Los trasplantes de cerebro no existen, pero sí existe la psicoterapia, que nos ayuda a vivir mejor sin dejar de ser nosotros mismos. ¿Puede haber algo más maravilloso?