Muchos pacientes aquejados de trastorno mental acuden a consulta por sintomatología secundaria, es decir, por algo que está relacionado con la patología que padecen pero que no es el trastono en si mismo.
Generalmente, los trastornos que más se consultan en atención primaria son la ansiedad, el insomnio y la sintomatología depresiva. Ésta última aparece en casi todas las patologías (pensemos en el malestar que existe cuando uno sufre un trastono), así que en el caso del TOC no es raro que esto suceda. Es decir, no es raro que sucedan las dos cosas: que se tenga tristeza y/o desesperanza, y que por lo tanto se consulte por esto y no por los síntomas obsesivos.
Seguramente esto pasa porque muchas personas pueden lidiar con sus obsesiones pero no con la anhedonia o la tristeza. Se da aquí una paradoja, puesto que estos pacientes desean terminar con estos síntomas, y la mejor forma de acabar con ellos es tratar el TOC (ya que la sintomatologia depresiva se deriva de la situación mental que existe de base).
Si mejoramos la sintomatología obesiva, se suelen terminar los problemas depresivos, puesto que son consecencia directa de los primeros. De igual manera, cuanto peor esté la persona, más obsesiva o ansiosa, más sintomatología depresiva se dará.
Además se da otra curiosa coincidencia: los psicofármacos de elección para tratar al TOC son antidepresivos (en su mayoría ISRS, es decir, inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina), con lo cual se tratan a la vez los síntomas obsesivos y los depresivos (¡dos por el precio de uno!).
Aún así, es importante que un profesional de la salud sepa discernir si un paciente con sintomatología depresiva «esconde» otro problema de base, para tratar adecuadamente a la persona o derivarla a un profesional más especializado.
Y no debemos olvidar que no todas las personas con TOC tienen sintomatología depresiva. Pero sí podemos casi asegurar que los deprimidos presentan obsesiones… Como veis, el mundo de la mente a veces es como un rompecabezas (el chiste se hace solo).
Otra cosa a dejar clara: si se presenta tristeza no significa que se tenga per se una depresión clínica, es decir, podemos tener TOC y síntomas depresivos sin desarrollar otro trastorno mental como es la depresión. Para que una enfermedad mental se dé se deben cumplir una serie de criterios, por lo tanto el tener síntomas no siempre significa que se cumplan todos esos criterios, y por tanto, que sea algo clínicamente significativo.
Igualmente, aunque así sea, debemos buscar ayuda para que esta tristeza no vaya a más y porque debemos trabajar para estar lo mejor possible aunque no «tengamos» un trastorno.
De igual forma, a lo largo de nuestra vida «normotípica» (sin trastorno) podemos sufrir tristeza, desesperanza, ausencia de placer o disfrute, etc. Si esto se da no debemos esconderlo, es muy importante que consultemos a un profesional para que ponga remedio a estos sentimientos.
Ah, y un último consejo para los rezagados: si alguien cercano a vosotros se siente deprimido, ahorráos eso de “venga, anímate!”, las cosas no funcionan así.